Para reducir el sufrimiento y aumentar la libertad, parece que tenemos dos opciones.
La primera consiste en “Contemplar”.
También conocida como “No Hacer”.
En esta opción, cuando aparecen imágenes, sensaciones y voces/sonidos en tu conciencia – ya sean “agradables” o “desagradables” – simplemente las percibes de manera “imparcial” (sin ponerles nombres, sin intentar comprenderlas, sin añadirles historias).
Simplemente percibes.
Al probar esto, las primeras veces puede “parecer” inútil. Pero con el entrenamiento adecuado, tiende a resultar liberador.
Solo tomar conciencia ya genera cambios.
O mejor dicho, te permite fluir mejor ante el cambio constante ya existente.
¿Qué necesitas para vivir libre neuras limitantes?
En realidad nada.
Pero ese “nada” no es cualquier tipo de “nada”.
A veces dejar de buscar, es precisamente lo que más alivia. Porque cuando estamos en modo “búsqueda incesante”, podemos sentirnos apasionados y felices… o podemos acabar sintiendo que estamos “rotos” y nos “falta” algo.
Por eso es importante que cultivemos el “no hacer”. Para recordar que todo está a salvo ahora mismo. Solo habíamos *pensado* lo contrario.
La segunda opción es “Transformar”.
En esta hacemos algo diferente.
Cuando aparecen imágenes, sensaciones y voces/sonidos en tu conciencia – alteramos sus cualidades. Transformamos la escena que estamos viviendo. Le cambiamos la forma a las imágenes que visualizamos… a las voces/sonidos que escuchamos… y a las sensaciones que sentimos.
Por ejemplo, puedes transformar tu química cerebral (y por lo tanto tus sensaciones) de las siguientes maneras:
– Escuchar música y bailar.
– Imaginar que la voz negativa que escuchas en tu cabeza tiene el tono de voz de un personaje cómico sin ninguna autoridad para ti.
– Visualizar tu objetivo con imágenes gigantes, brillantes y a todo color.
– Visualizar tus miedos con imágenes pequeñas, sin brillo, en blanco y negro.
– Etc.
Transformar te ayuda a multiplicar lo que deseas (lo positivo)… y disminuir lo que no deseas (lo negativo).
Aquí debemos tener cuidado también. Porque a muchos nos ha pasado que terminamos “angustiándonos” el triple porque sentimos que tenemos que estar continuamente gestionando nuestros pensamientos y sensaciones. Si uno llega a ese punto, siente de nuevo que está en una “búsqueda incesante” para “arreglar” algo que siempre ha estado y siempre estará perfectamente. El problema es que habíamos *pensado* lo contrario.
¿Entonces?
¿Contemplo o Transformo?
Mmmm…
Me gusta más la letra *Y*.
Creo que el secreto está en integrar ambas. Sabiendo cuando necesitamos simplemente contemplar. Y cuando toca transformar. Fluyendo en un juego continuo de cambio impermanente.
Si quieres profundar en esto, échale un vistazo a la posdata.
Íñigo
ADEMÁS: cuando elijas aventurarte, podemos ayudarte a través de nuestros…
-> SISTEMAS DE TRANSFORMACIÓN: Descubre tu mente con uno de nuestros métodos paso-a-paso para transformar la tensión, confusión y miedo en Calma, Claridad y Confianza (haciendo clic aquí llegas a ellos)
-> META-APRENDIZAJE: Aprende cómo crear habilidades «a prueba de futuros inciertos» con este entrenamiento psicológico avanzado (haciendo clic aquí llegas al curso)